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ATLANTA –

El uso inadecuado de medicamentos antipsicóticos entre los ancianos que viven en asilos de ancianos es un problema creciente y los expone a mayores riesgos de padecer otras enfermedades, de acuerdo con un estudio de Consumer Reports divulgado hoy.

El informe, que la organización llevó a cabo en conjunto con American Society of Health-System Pharmacists, forma parte de una investigación sobre fármacos prescritos para tratar padecimientos distintos a los recomendados.

“Este estudio confirma algo que ya se sabía y es el uso inapropiado de los fármacos antipsicóticos en las casas de asistencia o asilos de ancianos para calmar a los ancianos que tienen Alzheimer o demencia”, señaló a Efe José Luis Mosquera, especialista médico de Consumer Reports sobre el informe que está disponible en la sección de salud del sitio en Internet de la organización (www.consumerreportsenespanol.org).

Los medicamentos antipsicóticos -como el aripiprazol (Abilify), la olanzapina (Zyprexa), la quetiapina (Seroquel) y la risperidona (Risperdal) y su genérico- presentan riesgos considerables para las personas mayores, entre los que se encuentran la diabetes, trastornos del movimiento, pulmonía, accidente cerebrovascular, aumento de peso e incluso muerte súbita de origen cardíaco.

La Agencia de Alimentación y Medicamentos (FDA) ha advertido a los médicos por más de 5 años sobre los riesgos del uso atípico de los antipsicóticos, de acuerdo con el informe.

“Aunque la FDA ha emitido ya por los últimos cinco años la advertencia más fuerte que tiene sobre los riesgos y beneficios de estas medicinas, vemos que cada año aumenta el uso de éstos entre los pacientes en asilos de ancianos”, dijo el galeno.

Según estimados de la FDA citados en el estudio, la tasa de muertes en pacientes con demencia senil que recibieron antipsicóticos en un ensayo controlado de 10 semanas fue de 4.5 por ciento, en comparación con 2,6 por ciento entre el grupo al que se le suministró un placebo.

Los investigadores analizaron decenas de estudios sobre el uso atípico de antipsicóticos aprobados por la FDA para tratar el desorden bipolar y la esquizofrenia, que con frecuencia se usan “off label” para controlar la agitación, agresión, alucinaciones y otros síntomas en pacientes ancianos con enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.

De acuerdo con el informe, ante la ausencia de medicamentos aprobados por la FDA para estos usos, los médicos pueden recetar legalmente cualquier medicamento que consideren apropiado, pero aseguran que el uso de este tipo de medicinas implican riesgos significativos, especialmente para la gente de la tercera edad.

El 26 por ciento de los residentes de casas de asistencia recibieron antipsicóticos en un período de tres meses en 2010, según datos recopilados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

La venta de antipsicóticos atípicos ha ido en aumento en la última década, de 8,400 millones de dólares en 2003 a 14,600 millones en 2009, a un ritmo mucho mayor que medicamentos para tratar afecciones comunes como depresión, indigestión, colesterol alto e hipertensión.

El informe destaca además la necesidad de que los familiares de los pacientes se informen mejor sobre los medicamentos que les suministran cuando éste es admitido a un asilo de ancianos.

Consumer Reports recomienda que en caso de que la persona requiera de un antipsicótico, la familia esté al tanto de los detalles del tratamiento.

“No se puede justificar el uso excesivo de estos medicamentos, menos si se sabe que existen otras opciones”, indicó Mosquera.

Los Institutos Nacionales de Salud y la Asociación contra el Alzheimer recomiendan considerar otros medicamentos aprobados para detener el deterioro cognitivo producto de la demencia, como el -donepezilo (Aricept) y su genérico, galantamina (Razadyne) y su genérico, rivastigmina (Exelon), y memantina (Namenda).

El informe sugiere además el uso alternativo de antidepresivos más nuevos, como los genéricos citalopram (Celexa) y su genérico o fluoxetina (Prozac) y su genérico, que aseguran pueden ser eficaces para pacientes con demencia que tienen antecedentes de depresión o que muestran signos de apatía e irritabilidad.

Asimismo, el estudio recomienda incorporar tratamientos alternativos con ejercicio, música, masajes y un mayor contacto social que pueden ayudar a hacer sentir mejor al paciente.