Cuando mejor estaban jugando los Bulls… ¡zas!, llega la lesión del pívot Joakim Noah y todo vuelve a nublarse en el futuro del equipo de Chicago.
Y es que en el primer partido sin Noah jugado el pasado sábado en el United Center, los Bulls naufragaron y cayeron derrotados 99-100 ante Los Angeles Clippers, el segundo peor equipo de la NBA, dando una pésima imagen durante todo el partido y echando de menos, más de lo previsto, a su pívot titular.
Aunque el técnico de los Bulls, Tom Thibodeau, no quiso excusarse en la ausencia del rey de Noah.
“Nuestro verdadero problema fue la poca intensidad con la que arrancamos el partido”, dijo al respecto Thibodeau. “En esta liga tienes que venir listo a competir cada noche, porque si no, te metes en problemas. No pudimos cerrarnos defensivamente y tomamos malas decisiones en ataque, y cuando haces eso no puedes ganar”.
La realidad es que los Bulls llegaban a ese partido con una racha de siete victorias, líderes indiscutibles de la División Central y como tercer mejor equipo de la Conferencia Este. Pero toda esa buena trayectoria no fue suficiente para disimular el aunténtico agujero de altura dejado por Noah, que no simplemente es el rey de los rebotes del equipo, sino también es parte esencial del corazón, identidad y la garra de estos Bulls.
“Claro que echamos de menos de Noah, sobre todo la enegía con la que juega y los rebotes que atrapa en cada partido. Pero eso no es excusa”, dijo el base de los Bulls, Derrick Rose.
Thibodeau intentó con todo lo que tiene en el banquillo suplir la baja de Noah, pero ni Taj Gibson primero, ni el turco Omer Asik después, ni Kurt Thomas más tarde y ni Brian Scalabrini pudieron disimular la ausencia de Noah.
Y el problema es que la cosa posiblemente no sea un simple mal partido, sino que puede ir para largo ya que Noah, operado el pasado jueves del pulgar de su mano derecha, estará de baja de ocho a diez semanas.
Así que la solución es no esperar a que sea demasiado tarde y buscarle un sustituto de garantías en el mercado de fichajes.
Ahí el abanico puede ser muy extenso y ya han salido varios nombres, pero el que parece que mejor encaja es el veterano pívot Rasheed Wallace. Aunque a muchos no les guste por su pasado en los Pistons cuando se mofaba y menospreciaba a los débiles Bulls.
Sin embargo, no debemos olvidar que a sus 36 años, Wallace está curtido en mil batallas, tiene la experiencia necesaria y el suficiente carácter para ayudar rápidamente a los Bulls bajo los tableros, cuenta con una mentalidad ganadora tras haber ganado un anillo de campeón con los Pistons en 2004, conoce perfectamente el duro sistema defensivo de Thibodeau ya que coincidió con él el año pasado en los Celtics de Boston y además, juega con tanta o más agresividad que Noah y está libre ya que lleva retirado desde el final de la temporada pasada.
Así que sólo es cuestión de convencerlo con unos cuantos dólares para que regrese y pueda formar una gran dupla bajo los tableros junto a Carlos Boozer. Porque los Bulls, en estos momentos, no pueden permitirse el lujo de tirar dos meses y medio de competición.